Padre Marcelo, Defensor Indígena asesinado en Chiapas

El asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez, un sacerdote indígena tzotzil, ha conmocionado al sur de México. Este defensor de los derechos de los pueblos indígenas fue asesinado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, una región marcada por la violencia y la impunidad. Organizaciones civiles, sacerdotes y comunidades indígenas exigen justicia ante este crimen, que consideran una consecuencia de su lucha contra el crimen organizado y la omisión del Estado.

El padre Marcelo Pérez Pérez fue atacado a tiros mientras estaba dentro de su vehículo en el barrio Cuxtitali. Este crimen ha sido interpretado como un acto de represalia debido a su labor como defensor de los derechos de los pueblos indígenas, una causa que lo llevó a enfrentarse a poderosos intereses criminales. Durante la misa de cuerpo presente, Luis Pérez, representante de la parroquia de San Andrés Apóstol, subrayó que el sacerdote fue asesinado por denunciar las injusticias y la violencia en Chiapas.

Una trayectoria de lucha

Durante más de 22 años, el padre Marcelo trabajó incansablemente por los derechos humanos, defendiendo a los pueblos indígenas como los tzotziles, tzeltales, choles y tojolabales. Su activismo lo convirtió en blanco de amenazas, lo que llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a otorgarle medidas cautelares. Sin embargo, según denunciaron varias organizaciones, las autoridades mexicanas no respondieron adecuadamente, lo que facilitó su asesinato.

Exigen desarme y justicia

El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, presidió la misa de cuerpo presente, acompañado por otros sacerdotes. Durante su homilía, exigió el desarme de los grupos criminales y subrayó que el asesinato del padre Marcelo no debe quedar impune. «Que no nos digan que México está bien. Hoy, nuestro México nos avergüenza», sentenció Arizmendi, en clara crítica a la situación de violencia en Chiapas.

Reacciones de autoridades y organizaciones

El asesinato del padre Marcelo ha provocado una ola de reacciones tanto locales como internacionales. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lamentó el crimen y prometió una investigación exhaustiva. Amnistía Internacional condenó el hecho y exigió a las autoridades una investigación eficaz. Organizaciones civiles advirtieron que Chiapas se ha convertido en un «campo de guerra civil» debido a la creciente violencia y la presencia del crimen organizado.

El patrón de violencia en México

El asesinato del padre Marcelo no es un caso aislado. Desde el inicio del gobierno de Morena en 2018, al menos 23 defensores de derechos humanos han sido asesinados en México. Este patrón ha generado gran preocupación. Según datos de la ONU-DH, entre 2017 y la fecha, 134 defensores de derechos humanos han sido asesinados en el país, siete de ellos en lo que va del año. Chiapas, un estado históricamente afectado por la desigualdad y los conflictos sociales, ha visto aumentar la violencia en los últimos años.

El legado del padre Marcelo

El padre Marcelo Pérez Pérez deja un legado de lucha y defensa de los derechos de los pueblos indígenas. Su asesinato ha sido un golpe profundo para las comunidades que durante años apoyó y defendió. Los pueblos indígenas, con quienes trabajó incansablemente, lo recuerdan como un defensor de la justicia y la paz. Su muerte ha reavivado la exigencia de justicia para todos los defensores de derechos humanos en México, quienes siguen enfrentando graves riesgos en su labor.

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